domingo, 5 de febrero de 2012

Stupid word from a depressing person.

En ocasiones pienso por qué. Por qué yo soy yo y no otra persona. Por qué vivo y no muero. ¿Soy más especial por estar viva que por el hecho de no hallarme al final de la vida?
Quizás no... quizás no existe un destino encargado de decidir nuestra suerte y la vida sea un juego de azar en el que al tirar los dados unos ganan mientras que otros pierden.
¿Es eso entonces? ¿Es la vida un juego?
Todos hemos pensado en abandonar la partida al perder alguna vez... Y supongo que tarde o temprano volveremos a pensarlo. Porque en el caso metafórico de que fuera un juego puede ser un juego bueno, pero también puede ser un juego cruel y despiadado en el que los jugadores se convierten en lobos dispuestos a morder en cuanto cierres los ojos.
¿Y la muerte? El gran temor. ¿Hay algo después de la vida? Quizás ese sea el pensamiento de la gente soñadora y positiva, que desea ver las recompensas de sus buenas acciones una vez pasado el valle de la vida.
No, yo no lo sé. Y quizás no exista respuesta. Pero creo tristemente que la muerte se asemeja al juego anterior, al de la vida, que es injusta y ciega. No hay recompensa. No hay dolor. Simplemente "no hay". Y eso puede que sea lo más injusto, o más bien: lo más terrorífico.




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